Reflujo: ¿Qué Es el Reflujo Gástrico y Cómo Tratarlo?

Editorial Farmatodo.

Contenido posible gracias a:


Si alguna vez después de una comida has sentido que los alimentos se devuelven desde tu estómago, y que están acompañados por ciertos gases, es muy probable que hayas tenido un caso de reflujo gastroesofágico o, como solemos conocer de manera popular, “reflujo gástrico”.

Esta es una enfermedad crónica que produce afectaciones en tu estómago y esófago derivado del ardor que se produce. Muchas personas han sentido los síntomas de esta patología, pues es muy común en quienes tienen malos hábitos alimenticios en su vida diaria.

Te invitamos a seguir leyendo este artículo para que te enteres de todo lo que necesitas saber sobre el reflujo gástrico a gastroesofágico, además de algunos consejos que tenemos para que lo evites, puedas comer mejor y cuides la salud de tu cuerpo en cada momento.

¿Qué es el reflujo gástrico?

El reflujo gástrico, también conocido como enfermedad por reflujo gastroesofágico, es una afección que se da debido a que los ácidos del estómago se liberan de manera frecuente hacia el esófago, que es el conducto que une al estómago con la boca, lo que genera una irritación de las mucosas que lo revisten.

Esta enfermedad es crónica, con esto queremos decir que es aquella que dura más de tres meses, puede ser controlada, pero que no cuenta con una cura.

¿Por qué se genera el reflujo gástrico?

El contenido del estómago no debe pasar nunca hacia el esófago. De este proceso se encarga una especie de válvula o anillo, llamada esfínter esofágico inferior (también conocido como EEI), que actúa impidiendo que los alimentos pasen de regreso.

El reflujo se presenta entonces en el momento en que este mecanismo se ve alterado porque está mal cerrado o se relaja de manera inadecuada. Los alimentos o ácidos pueden devolverse, lo que genera los molestos síntomas que podemos identificar con la enfermedad: la acidez presente debido a la irritación del esófago.

Las causas involucradas en el reflujo suelen estar relacionadas con los hábitos de alimentación y la dieta que llevamos, sumados al consumo de algunas sustancias que afectan a nuestro cuerpo. Entre los alimentos que favorecen el reflujo, podemos encontrar los siguientes:

  • Alimentos ricos en grasas: todos los fritos, productos lácteos, carnes rojas con alto contenido graso, helados y tortas, salsas.
  • Algunas frutas y verduras como los cítricos, la piña y los tomates.
  • La menta,
  • El chocolate y el café,
  • Las especias.

También podemos encontrar factores relacionados al estilo de vida como el consumo excesivo de alcohol y tabaco, la obesidad y la costumbre de acostarse antes de tres horas después de haber comido.

Igualmente, hay algunas enfermedades que están relacionadas y se convierten en causas de reflujo, como la Hernia del hiato: una enfermedad en la que una parte del estómago empuja el diafragma y queda por encima del tórax. El embarazo también ocasiona reflujo.

¿Existen complicaciones por el reflujo gástrico?

No es común que suceda, pero el reflujo gástrico puede generar algunas complicaciones para la salud de quien la sufre. La principal de estas es la esofagitis: cuando la mucosa del esófago se inflama por el contacto constante con el ácido gástrico.

Esta enfermedad tiene varios grados, que pueden ir desde la irritación moderada, hasta la presencia de úlceras con sangre, mala cicatrización y la reducción del paso de alimentos por el esófago de manera normal, conocida como estenosis esofágica.

También puede pasar en algunos casos que haya una modificación de la mucosa natural del esófago: es sustituida por una mucosa similar a la del estómago que, si bien tiene una mayor resistencia hacia el ácido gástrico, puede ser un factor de mucho riesgo para contraer cáncer de esófago. Este fenómeno tiene el nombre de Esófago de Barrett.

¿Cómo se diagnostica el reflujo gástrico?

El diagnóstico del reflujo depende de los síntomas que revele, como la acidez constante, en cuyo caso es posible iniciar el tratamiento sin realizar pruebas médicas especializadas; estás se harán si la continuidad de los síntomas es constante en el tiempo, pasando las dos semanas de duración.

Las pruebas buscan especialmente, identificar la presencia o no del reflujo, si existe alguna complicación derivada de este, descartar que haya otras afecciones que sean parecidas.

Las pruebas que suelen ser practicadas por los médicos especialistas son las siguientes:

  • Endoscopia digestiva o gastroscopia

Es una exploración hecha en el esófago mediante una sonda con la que se revisa el interior del mismo. Esta prueba es una de las más usadas para identificar la esofagitis y permite que se retiren muestras para realizar una biopsia.

  • Manometría

Se realiza un estudio del movimiento del esófago mientras el paciente consume líquidos.

  • Radiografías con contraste

Se aplica un líquido por vía oral para notar con rayos X y estudiar los flujos entre el estómago y el esófago.

  • Ph metría

Busca conocer el Ph del esófago y el estómago, introduciendo una sonda por la nariz y ayuda a identificar si hay reflujo y durante cuánto tiempo.

Tratamiento para el reflujo

Como dijimos antes, esta es una enfermedad crónica, por lo tanto, su tratamiento dependerá mucho del control sobre los factores que generan los síntomas durante el tiempo que se presente el reflujo.

Un tratamiento con medicamento suele usarse para casos medianos o graves, en los que se requiere de una dosis controlada por el médico de confianza.

Estos casos avanzados deben ser tratados para controlar la patología, aunque no se presenten síntomas visibles en el paciente. Si los síntomas son continuos y de un grado elevado, se utilizarán medidas que van desde los antiácidos hasta medicamentos que bloquean la bomba de protones, ayudando a disminuir la producción del ácido gástrico.

Esta medida se usa especialmente cuando el reflujo ha sido diagnosticado como enfermedad, y para tratar la esofagitis.

Existe un caso de cirugía que puede usarse en casos graves, especialmente cuando son de largo plazo y han requerido de la aplicación durante un tiempo muy continuo de medicamentos antisecretores, como los mencionados en el párrafo anterior. Esta operación tiene el nombre de funduplicatura.

Cambia tu estilo de vida

Hemos mencionado que el reflujo depende mucho de hábitos incorrectos. Por eso queremos dejarte algunas recomendaciones que te ayudarán a prevenirlo:

  • Consume alimentos como avena, jengibre, frutas que no sean cítricos, vegetales de colores verdes, mariscos, entre otros. Varios de estos te van a aportar fibra y compuestos que evitan la inflamación.
  • Mantén tu colesterol controlado en bajos niveles.
  • No te acuestes antes de dos horas después de comer.
  • Elimina el tabaco y el alcohol.

Conoce más productos, y agrégalos al carrito.

Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.

Preguntas Frecuentes


¿Por qué se da el reflujo?

Porque los ácidos del estómago se devuelven por el esófago. Eso sucede cuando falla el esfínter esofágico inferior, una válvula que regula y controla esos ácidos, generando que se presente el retorno y se de la afectación.

¿Qué alimentos favorecen la aparición de reflujo?

La mayoria de alimentos que te afectan facilitando el reflujo son los ricos en grasas como los fritos, los productos lácteos, las carnes rojas con alto contenido graso, helados y tortas, salsas, entre otros.

¿Cómo puedo prevenir el reflujo?

Cambiando tu estilo de vida y tus hábitos alimenticios: controla tu colesterol reduciendo las grasas, consume avena, vegetales verdes y alimentos con contenido de vitamina, evita acostarte antes de dos o tres horas después de haber ingerido cualquier comida, elimina el alcohol y el tabaco.