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Estas iniciando tu embarazo, quizás el primero, y te emociona saber cuándo va a comenzar a moverse tu bebé, cuándo empezarás a sentir movimientos y pataditas. En este artículo encontrarás lo que necesitas saber sobre movimientos fetales.
Los movimientos del bebé comenzarán a producirse naturalmente alrededor de los dos meses de gestación, es decir cuando la madre gestante alcance las ocho semanas de embarazo, no obstante, estos movimientos son muy sutiles, discretos y, por lo tanto, imperceptibles. Esto por cuanto el feto todavía es muy pequeño. Uno de los sucesos más esperados por los padres durante el embarazo es el momento en el cual logren sentir por primera vez los movimientos de su bebé. Esto empezará a suceder entre la semana número 16 y 18, es decir, una vez sobre pasados los cuatro meses de gestación, aunque en algunas ocasiones los movimientos pueden tardarse un poco más. La razón por la que estos movimientos empiezan hacerse perceptibles tiene que ver con el crecimiento del feto que, además, empieza a buscar su comodidad dentro del útero. Es posible que las madres de contextura delgada y abdomen poco pronunciado, así como aquellas que ya hayan experimentado embarazos previos, empiecen a sentir a sus bebés antes de llegar a los cuatro meses. Por otro lado, a aquellas mujeres con un mayor porcentaje de grasa en el abdomen y a las madres primerizas puede que les tome un poco más de tiempo sentir ese primer movimiento: pasado el quinto mes y, casi llegando al sexto.
En un embarazo que se desarrolle normalmente es natural que la madre sienta los movimientos del bebé estos son causados por diferentes razones:
Los primeros movimientos perceptibles, es decir, los que se dan entre los cuatro y cinco meses y medio suelen sentirse como el aleteo de una mariposa. Estos movimientos se van haciendo fuertes a medida que el bebé crece y se hace fuerte también. Lo más probable es que las madres gestantes sientan los movimientos del bebé en los momentos en los que su actividad diaria se reduce y estos pueden intensificarse durante la noche que es cuando el bebé está más activo. Es entonces cuando los padres empezarán a experimentar los giros y las volteretas del bebé en el vientre, estos se empiezan a reducir del séptimo mes (semana 28) en adelante.
Si tu bebé tiene hipo, los movimientos fetales serán fuertes y contundentes, es posible que la madre sienta su abdomen dar pequeños saltos o, incluso, podría llegar a verlos. Estos movimientos sueles ser rítmicos y tiene un periodo de duración prolongado. Es importante que las madres gestantes que experimenten el hipo de sus bebés, guarden la calma, no entren en preocupación y, en cambio, disfruten el momento; el hipo es completamente natural y puede suceder con relativa frecuencia o no pasar nunca. Algunas madres aseguran que han sentido que su bebé tiene hipo hasta el final de la gestación.
Empezarás a sentir las tan anheladas pataditas más o menos al sexto mes y de ahí en adelante hasta que termine el embarazo, las patadas se intensificarán con el tiempo y serán correspondientes con el tamaño del bebé. Algunas madres pueden palpar la planta del pie, los codos, las palmas de las manos y hasta la cabeza del bebé bajo la superficie del abdomen.
Del séptimo mes en adelante el bebé empieza a sacudirse y a probar posiciones hasta que encuentra aquella con la que habrá de llegar al mudo: puede que lo sientas atravesado en tu vientre o con la cabeza para abajo. Cuando la madre alcanza el octavo mes (semana 32) y se aproxima el nacimiento, el bebé se mueve más frecuentemente y casi que durante todo el día; cuando dejes de sentir sus movimientos, sabrás que está durmiendo. En adelante, dado el tamaño que tu bebé ha alcanzado y el poco espacio del que dispone para moverse, sentirás que sus movientes son más fuertes.
Además de su importancia emocional, pues los padres anhelan sentirlos, los movimientos fetales son fundamentales para verificar la salud del bebé; las madres en gestación deben saber que desde el segundo mes, cuando el bebé empieza a moverse, y desde el cuarto, cuando los movimientos se hacen perceptibles, su bebé se moverá todos los días, aunque cada día con diferente frecuencia. Es natural que una madre se preocupe si deja de sentir los movimientos de su hijo por uno o varios días pues la quietud puede ser un signo de irregularidades con el embarazo e incluso podría significar la muerte del bebé. En este caso es inminente consultar con el obstetra. Cuando el movimiento fetal es reducido también será necesario buscar la asesoría del médico de familia o del especialista correspondiente tan pronto como sea posible; un movimiento anormal podría denotar problemas como:
Si el poco movimiento fetal responde a alguna de las situaciones anteriores, el peligro para garantizar la salud e incluso la vida del bebé es inminente, por eso cuando antes se consulte con el especialista médico, mayores son las posibilidades de preservar la integridad del bebé. Dentro de un rango normal, la madre gestante debería poder contar en promedio 10 movimientos fetales en un periodo de 30 minutos, aunque algunos bebés podrían moverse menos o más. La manera más sencilla de verificar el patrón de movimiento es que la madre se recueste mirando hacia arriba y cuente y cronometre los movimientos. Si en un periodo de 120 minutos (2 horas) no percibe por lo menos 10 movimientos, es momento de acudir al médico de familia.
Disclaimer
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Es perfectamente normal que la madre no perciba los movimientos fetales cuando se encuentra en actividad pues su concentración está dispuesta en algo más, además los bebés suelen aprovechar estos momentos para dormir.
Los movimientos tienen un aumento progresivo en fuerza y regularidad a medida que avanza el embarazo. También es normal que sean más perceptibles cuando la madre está en un periodo de reposo.
El desarrollo fetal de cada bebé obedece a proceso y patrones distintos que pueden llegar influir la regularidad con la que un bebé se mueve en el útero. Recuerda que, al respecto, lo más importante es no dejar de sentir los movimientos por un periodo de tiempo prolongado o por días.