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Los desgarros musculares son roturas en los tendones que se dan cuando el músculo se estira o se contrae demasiado. Esta afección tiende a ocurrir cuando hacemos ejercicio o actividad física muy intensa, o al levantar mucho peso usando una postura indebida, lo que implica realizar un esfuerzo desmedido que genera una ruptura de los tejidos o fibras musculares.
Este problema puede ocurrir en piernas, espalda o brazos, ya que estas partes del cuerpo son la que se suelen utilizar o forzar más al realizar cualquier actividad.
Si te interesa saber más sobre los desgarros o roturas musculares, continúa leyendo esta guía para conocer la información que requieres: causas, consecuencias, tratamientos y cómo prevenir para que no te suceda.
Los desgarros suelen ocurrir por el esfuerzo exagerado al que se somete el tejido muscular o tendón que conecta al músculo con el hueso, en otras palabras, esta lesión es la consecuencia de sobrepasar la capacidad del tejido para estirarse, o la capacidad de resistencia que tiene a la tensión que se genera en los momentos en que se contrae.
Esta sobrecarga que aplicamos en él se da principalmente en actividades de impacto, ya sea deportes como el fútbol, el rugby, el baloncesto, el tenis, o por levantar más peso del que somos capaces, sobre todo si se utiliza para ello una mala postura.
Existen tres tipos de desgarros relacionados a su intensidad, gravedad o grado y con la acción que haya generado la lesión. Son los siguientes:
Primer grado: sucede cuando se da un daño leve de las fibras musculares. En este caso el dolor es menor y el tiempo de recuperación es menor porque la movilidad de la extremidad o la zona no se ve afectada.
Segundo grado: se lo conoce como desgarro moderado y se produce cuando existe una rotura parcial en un número mayor de fibras. En este tipo de desgarro se presenta un dolor más notorio, aparecerán hematomas y la movilidad de la zona afectada se verá disminuida.
Tercer grado: en este caso hay una ruptura completa de las fibras musculares, lo que afecta por completo la movilidad del músculo. El dolor será muy intenso y marcado y se notará una inflamación en la zona lesionada. En algunos casos es posible que un desgarro muscular de tercer grado requiera de una intervención quirúrgica para reparar el daño.
También existen unos tipos de desgarro muscular relacionados a la zona en la que se presenta la lesión:
Además de estas zonas del cuerpo, que suelen ser las que se afectan la mayoría de las veces, es posible que haya desgarros en otras partes del cuerpo como los bíceps o el abdomen, relacionados a los esfuerzos exagerados que se puede realizar con ellos, como levantar más peso del debido.
Los síntomas o signos para identificar un desgarro muscular son muy comunes y visibles, por lo que es fácil saber si se trata de esta lesión cuando sufras de un dolor muscular:
Si sientes algún dolor muscular o te percatas de que tienes alguno de estos síntomas, lo más recomendable es consultar a tu médico lo más pronto posible para evitar una progresión en la molestia y la lesión. Es posible confundir el desgarro o la ruptura de las fibras con una contractura muscular, por lo que es importante que un especialista te haga el diagnóstico indicado.
La recuperación y el tratamiento dependerá de la intensidad de la rotura o desgarro. Los expertos recomiendan tratar esta lesión por varias fases:
En los primeros cinco días, aplicar hielo constante para disminuir la inflamación y reposo.
Entre los 5 y los 10 días aplicar calor en el músculo afectado (una pomada caliente es una buena opción) y darle movimientos iniciales y suaves a la zona lastimada.
Entre los 10 y los 20 días, en casos de desgarros de mayor grado, hay que seguir aplicando calor, aplicar un vendaje constante y realizar estiramiento más intenso.
Es importante que sea el médico quien se encargue de realizar e indicar el tratamiento, ya que primero se debe evaluar el grado de la lesión. También podrá tratarte con medicamentos antinflamatorios, darte relajantes para los músculos y analgésicos que te ayudarán a controlar el dolor. Luego de esto deberás iniciar un proceso de fisioterapia que te ayudará a recuperar la movilidad y la fuerza.
La duración de un desgarro varía según el grado de la lesión que sufras, la ubicación de la misma y del músculo particular que está lastimado:
Un desgarro se produce por exceso de esfuerzo en algún movimiento, por lo que es recomendable seguir algunas de estas indicaciones para prevenir la lesión:
La mayor causa de desgarros musculares es la realización de movimientos bruscos que exijan innecesariamente las fibras del músculo, pues esto genera una posibilidad elevada de ruptura en ellas. Igualmente, hacer esfuerzos más allá de tu fuerza y capacidad se convierte en un factor de riesgo.
Debes guardar reposo e inmovilizar tu extremidad afectada, aplicar hielo para desinflamar, realizar un vendaje adecuado. Para el control de los dolores tu médico puede recetarte medicamentos analgésicos y antinflamatorios. Cada tratamiento dependerá del grado de lesión que se presente, por lo que es importante que sea el especialista quien te indique lo que debes hacer para tratar el desgarro.
Depende del grado de la lesión. En casos leves podrá demorar entre 8 y 10 días. Para casos moderados o graves, puede tardar entre tres semanas y seis meses.