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La demencia senil es un término que se utiliza para describir la decaída de las funciones cognitivas relacionadas con la edad en los adultos mayores. Esta afección es un desafío creciente en la sociedad contemporánea que aumenta a medida que la población envejece.
La demencia senil es un fenómeno complejo que afecta aspectos de la vida cotidiana como la memoria, la capacidad de pensar y razonar, y la conducta. Si bien este decaimiento es inevitable, existen medidas preventivas y cuidados que pueden contribuir significativamente a la calidad de vida de los adultos mayores y de sus familias.
Conocer y entender lo que es la demencia senil, sus factores de riesgo, las estrategias de prevención y las mejores prácticas de cuidado, es necesario en una sociedad que desea ayudar a los mayores a envejecer.
La demencia senil es un síndrome conocido médicamente como el trastorno neurocognitivo mayor que implica el deterioro progresivo de las funciones cognitivas, la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio de los adultos mayores. En muchos casos, la demencia senil es causada por enfermedades neurodegenerativas, siendo la enfermedad de Alzheimer la más común.
En quienes la padecen, la demencia senil empeora con el paso del tiempo. Si bien esta afección está relacionada con los adultos mayores, no todas las personas longevas o de edad avanzada desarrollan demencia senil.
1. Edad
El riesgo de desarrollar demencia aumenta con los años. Si bien esta no es una consecuencia inevitable del envejecimiento, la prevalencia de la demencia es más alta entre los adultos mayores.
2. Genética:
La genética desempeña un papel importante en el riesgo de padecer demencia senil. Por esta razón, las personas con antecedentes familiares de demencia pueden tener un riesgo más alto de desarrollarla en la edad mayor.
3. Enfermedades cardiovasculares:
Los pacientes con hipertensión, diabetes y colesterol alto pueden aumentar el riesgo de desarrollar demencia senil, pues las anteriores enfermedades pueden afectar la salud vascular del cerebro.
4. Estilo de vida poco saludable:
Factores de estilo de vida como llevar una dieta desbalanceada o poco saludable, la falta de ejercicio físico, el consumo de tabaco y el consumo excesivo de alcohol, entre otros aspectos, pueden contribuir al riesgo de padecer demencia senil.
5. Lesiones cerebrales:
Las lesiones cerebrales traumáticas o repetidas que se dan como consecuencia de una fuerte sacudida de la cabeza, un golpe o un objeto que penetra el cráneo y lo lesiona, pueden aumentar el riesgo de demencia, especialmente si ocurren a lo largo del tiempo.
6. Depresión:
La depresión y otros problemas de salud mental como la ansiedad o las personas con trastornos de personalidad, entre otros, pueden aumentar el riesgo de sufrir demencia senil.
7. Nivel educativo:
Según algunas investigaciones médicas, el analfabetismo y los bajos niveles de escolaridad podrían tener una relación con el riesgo de padecer demencia senil.
El ejercicio regular, tanto físico como mental, puede contribuir a fortalecer la salud del cerebro. Actividades como caminar, nadar, leer y resolver acertijos, crucigramas y otros ejercicios mentales, pueden ser beneficiosas para favorecer la salud de tu cuerpo y de tu mente.
Alguna vez habrás escuchado que “eres lo que comes”, por lo tanto, llevar una dieta rica en frutas, verduras, grasas saludables y proteína suficiente, que le aporte a tu cuerpo las vitaminas minerales y nutrientes esenciales que necesita para vivir bien, se ha asociado con un menor riesgo de demencia senil durante la edad mayor.
Gestionar enfermedades como la hipertensión y la diabetes puede ayudar a reducir el riesgo de demencia senil, esto incluso es importante para garantizar la calidad de vida del paciente y evitar complicaciones de salud.
Mantener la mente activa a través de la lectura, el aprendizaje de nuevas habilidades o la participación en actividades intelectuales puede ser beneficioso para tu cerebro, pues lo mantiene siempre en actividad.
Mantener conexiones sociales y participar en actividades comunitarias puede ayudar a preservar la salud mental y reducir el riesgo de demencia. Para los adultos mayores, los clubes o grupos de la tercera edad son muy beneficiosos.
Algunas estrategias para manejar el estrés, la ansiedad y otras alteraciones mentales pueden tener beneficios para la salud cerebral; ejercicios como el yoga y la meditación son muy recomendables para ello.
Limitar el consumo de alcohol y abstenerse de fumar son medidas que pueden contribuir a la prevención de la demencia y de muchas otras afecciones de salud.
Las personas con esta enfermedad necesitan cuidados especiales que van desde el apoyo emocional hasta la necesidad de fomentar su independencia:
La demencia senil es un desafío tanto para aquellos que la experimentan como para sus seres queridos. La adopción de estrategias preventivas y la implementación de cuidados específicos pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
No hay una edad específica en la que empiece esta enfermedad, de hecho, muchos adultos mayores de edad avanzada viven tranquilamente sin demencia senil.
El diagnóstico temprano es muy importante, por lo tanto, es necesario consultar con un especialista lo antes posible.
Si bien el termino senil está asociado con adultos mayores específicamente, una persona joven puede llegar a sufrir la perdida de sus funciones cognitivas como consecuencia de un accidente o de una afección preexistente.