Concentración en Niños y Bebés: Tips y Ejercicios

Editorial Farmatodo.

Entre los cero y los siete años los niños tienen su primer contacto con el mundo, y algunas de las etapas más importantes del desarrollo humano suceden en ese rango de edades. Todo parece nuevo y todo captura la atención de los más pequeños, por lo que, muchas veces, en su rol de descubridores, tienen dificultades para mantener la concentración en una sola cosa.

Ahora bien, aunque es cierto que desarrollar esta habilidad puede llegar a ser retador para muchos niños y padres de familia, ayudar a los niños a que fortalezcan su capacidad de concentración es parte esencial de su desarrollo, pues, en gran medida, la concentración es fundamental en todos los procesos de aprendizaje.

El tiempo, la paciencia, el trabajo en equipo y el amor serán algunos de los ingredientes necesarios para lograr potenciar la creatividad en los niños y bebés. Existen algunos ejercicios y métodos que puedes seguir para apoyar tus hijos en el mejoramiento de su habilidad para enfocarse, y en este artículo encontrarás algunos de ellos.

La importancia de los hábitos

Si bien la novedad es maravillosa, porque potencia la creatividad y la imaginación, también es importante que poco a poco los niños vayan consolidando, con ayuda de sus padres y/o cuidadores, hábitos y rutinas que los ayuden a establecer estructuras firmes. Los hábitos, sobre todo, fortalecen la disciplina que es fundamental para que un niño pueda mantener su foco en completar una labor, ejercicio, tarea, juego o cualquier actividad que desarrolle.

En el proceso de crear hábitos será importante determinar los tiempos y los espacios ideales y necesarios para ellos, así cómo identificar los tipos de hábitos. Por ejemplo:

• Hábitos de estudio

Dependiendo de la edad de tu pequeño, habrá un momento en el que será importante consolidar una rutina que se enfoque en fortalecer su proceso de conocimiento y aprendizaje. Para que esto sea posible será necesario que el niño disponga de un lugar adecuado con buena luz, entrada de aire y temperatura adecuada.

Es igualmente importante que en este espacio el niño se sienta cómodo y seguro, y que allí encuentre disponibles los materiales que necesite para desarrollar sus tareas: lápices, hojas, colores, cuadernos, pinturas, tijeras (si está en edad de usarlas), y todo cuanto tu hijo necesite.

Es crucial que tus hijos puedan establecer la relación entre un espacio específico y sus actividades de formación. Implantar un horario para ello también es parte del proceso.

• Hábitos de alimentación

Cuando estés en casa, procura que tus hijos coman siempre a la misma hora y en el mismo lugar, dales un tiempo para esta tarea y procura que el ejercicio de comer les aporte, además de lo que necesitan para crecer sanos y saludables, algunos componentes de disfrute que los haga querer devorar su comida hasta el final.

• Hábitos de sueño

En los bebés, hasta cierta edad, serán ellos los únicos que puedan determinar cuándo dormir, pero una vez tu hijo va alcanzando una edad en la que dialogar y razonar con él es posible, será necesario que como autoridad establezcas el momento de irse a descansar.

El reposo adecuado, además, es necesario para que tu hijo reponga energías y tenga de nuevo la capacidad de concentrar su atención en algo específico durante cierto período de tiempo.

• Hábitos de juego

Para los niños y los bebés, el juego es una de las mejores maneras de aprender el mundo, pues está asociado con la risa y la diversión. Que tu hijo tenga un espacio para dedicarse a jugar, en el cual disponga de elementos seguros que estimulen su creatividad y su imaginación, le ayudará a saber que una vez entré en ese espacio su única preocupación es jugar.

El lugar y el horario del juego serán sagrados para tu hijo.

Actividades y ejercicios lúdicos para fortalecer la concentración

• Sopas de letras.
• Encontrar las diferencias en imágenes iguales.
• Encontrar la pareja.
• Salir del laberinto.
• Pintar mandalas.
• Dibujar de muestra.
• Armar rompecabezas.
• Juegos de mesa.
• Cantar rondas infantiles.
• Practicar algún deporte o actividad física.
• El baile.

Otras maneras de ayudar a tu hijo para cuidar su concentración son:

• Dale a tu hijo responsabilidades en casa que lo hagan sentir importante dentro del sistema familiar. Cuando le asignes una tarea a tu pequeño, es importante que le hagas saber, mediante el refuerzo positivo, lo valioso de su rol y que le expliques lo que debe hacer con claridad y precisión. Trata de hacerlo simple y de no darle muchas instrucciones u órdenes al mismo tiempo.
• Crea un sistema de recompensas en el que tu hijo obtenga una retribución por hacer bien sus tareas. Puede ser más tiempo de juego, un postre o algo que le agrade y lo estimule a querer repetir lo que hizo.
• Crea un sistema de alarmas, esto ayuda a consolidar los hábitos y permite que tu hijo establezca relaciones entre los tiempos durante los cuales se mantiene concentrado y la tarea que realiza.
• Mindfulness para niños. Esta técnica, traducida al español como atención plena, ayuda a los adultos a solucionar sus dificultades para mantenerse atentos y concentrados mediante ejercicios de básicos de respiración. Intentar ejercicios de atención plena para niños les ayuda a los pequeños, tanto como a los mayores, a desarrollar y fortalecer su capacidad de atención y a centrarse en una sola cosa a la vez. Esta práctica ayuda, incluso, a bajar los niveles de estrés y ansiedad.
• Habla con tu pequeño. Quizás más importante que cualquier estrategia anterior es que escuches a tu hijo, pregúntale qué le gusta y qué no, por qué no disfruta ciertas cosas, con qué se distrae más fácilmente, cómo se siente cuando realiza una u otra actividad, entre otras cuestiones. De igual manera, es necesario que entrenes tu capacidad de observación para que puedas leer con precisión los comportamientos de tu hijo.

Con la observación atenta muchas madres y padres de familia descubren que su hijo puede llegar a tener más dificultades para concentrarse que otros niños de su edad, en ese caso será necesario pasar a la acción con estrategias como solicitar el acompañamiento de tu médico de familia para identificar las razones por las que al pequeño le resulta más complejo concentrarse.