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Prestarle atención al color de la materia fecal es supremamente importante, sobre todo cuando de un bebé se trata; el color de la materia fecal de tu hijo puede ser un indicador de la buena salud del bebé o, por el contrario, de qué algo anda mal.
La pregunta que surge para muchos padres y madres inexpertos es cómo leer el color de las heces del bebé. Justamente, esa y otras relacionadas con el tema, es la pregunta que quiere responder este texto.
Lo primero que necesitas saber es que las heces de los bebés, igual que como sucede con las de los niños más grandes y los adultos, pueden llegar a tener muy diferentes colores y consistencia. No hay colores y texturas que son perfectamente normales, pero habrá otros que son un llamado de atención y una alerta de que algo no está en orden con la salud del bebé.
El color amarillo oscuro o amarillo quemado, imagínate el color de la mostaza, es el color tradicional de la materia fecal de un recién nacido. Además de su color característico, la consistencia de esta materia fecal suele ser muy blanda, casi líquida.
Estas dos características en la materia fecal del neonato, el color amarillo y la textura líquida, se deben a la alimentación del bebé que, para esta etapa de su vida, estará basada únicamente en la leche de su madre.
Las primeras deposiciones de tu bebé, que reciben el nombre de meconio, serán de color verde muy oscuro, pero este color desaparecerá tras la primera semana para tornarse amarillo mostaza.
Ahora bien, podría suceder que, a partir del sexto mes, cuando empieces a balancear la alimentación de tu bebé, combinando la lactancia con otro tipo de comida, sus deposiciones se tornen de color verde claro u oscuro, si esto sucede de vez en cuando podría ser una coloración normal causada por la ingesta de algún alimento diferente a la leche materna.
No obstante, debes tener en cuenta que el color verde en las heces de tu bebé también puede ser consecuencia directa de la intolerancia a algún alimento, por ejemplo, la leche. Si tu hijo resulta ser intolerante a la lactosa, además del color verde, su materia fecal tendrá más mucosa de la normal y es posible que el bebé sienta algún tipo de malestar, que se presenta casi de inmediato, después de consumido el alimento que le genera intolerancia.
Cuando tu hijo todavía está en la etapa de lactancia a demanda, es decir, que aún no consume otros alimentos, y la coloración verde en sus heces es una constante, considera esto como una señal para buscar al pediatra.
Tu médico de familia te explicará la razón del color de las heces de tu bebé, te dirá si es normal o no, y te ayudará a resolver todas las dudas que tengas al respecto.
No hay razón para preocuparse cuando la materia fecal de tu hijo es de color marrón, de hecho, a medida que el bebé crece y hace la transición de la lactancia materna exclusiva a la ingesta de otro tipo de alimentos (alimentación complementaria), esta es la coloración que sus heces deberían tener.
El color marrón puede ser a veces oscuro y a veces claro, esto dependerá de los alimentos en los que se base la dieta del pequeño.
Este color en las heces de tu bebé no es normal en ningún momento y debe ponerte en alerta inmediata. El negro en las deposiciones de un bebé podría ser causado por la presencia de sangrado en su frágil sistema digestivo. La sangre se oxida y por eso adquiere una coloración negra en lugar de roja.
Si tu hijo ya ha empezado la alimentación complementaria y su materia fecal no es completamente negra, sino que tiene trazas de este color, no te preocupes en demasía, puede ser el resultado de la nueva dieta. Es importante, sin embargo, que hagas un seguimiento a su materia fecal, sobre todo, si sientes dudas o te preocupa algo al respecto.
En ningún momento de la etapa de desarrollo de tu bebé el color blanco es normal, de hecho, este color podría llegar a ser más alarmante que el negro. Ante la presencia de materia fecal blanca debes consultar con tu médico de familia lo más pronto posible, esta coloración podría representar la existencia de problemas hepáticos, es decir, que el hígado de tu bebé podría estar afectado.
A menos que tu hijo esté en la etapa de alimentación complementaria y le hayas dado un alimento especialmente rojo que pudiese tornar sus heces de este color, la presencia del rojo en la materia fecal del bebé, también debería ser una señal de alerta y motivo de consulta inmediata.
A menudo, el rojo en la materia fecal implica que hay sangre, la cual podría provenir de problemas graves que solo el pediatra está en capacidad de detectar.
Además del color, la consistencia de las heces de tu bebé también es importante. Al principio, debido a la alimentación enteramente líquida, es natural que su consistencia sea aguada o muy blanda, pero esto va cambiando a medida que el bebé crece y su sistema digestivo va madurando o haciéndose más fuerte.
Una vez empieza la alimentación complementaria, a partir del sexto mes, las heces tiende a ponerse cada vez más consistentes, aunque aún no es completamente sólida. Después del primer año de vida, la materia fecal se vuelve más dura.
Si las heces de tu hijo son muy sólidas y redondas, sobre todo durante su primer año de vida, también deberías consultar con tu proveedor de salud. Este es un claro síntoma de estreñimiento.
Aunque para muchos pueda resultar desagradable o extraño, es importante que los padres, sobre todo los más inexpertos, reconozcan la importancia y la necesidad de prestar atención a las heces de su bebé. El color y la consistencia de la materia fecal de tu hijo contiene valiosa información a cerca de su salud, que podría, incluso, llegar a salvar su vida.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
La cantidad de deposiciones de un bebé depende de su edad y de otros factores, sin embargo, es normal que en los primeros meses de vida un bebé haga deposiciones cada vez después de ser alimentado; y de dos a cuatro veces, una vez iniciada la alimentación complementaria y hasta los cuatro años, más o menos. En adelante, una o dos veces diarias es el ritmo más normal de deposiciones.
Hacer deposiciones no tiene por qué ser doloroso. Si notas que tu hijo llora cada vez que defeca, es necesario que consultes con tu proveedor de salud, pues el llanto de tu bebé podría estar indicando que algo no funciona como debería en su sistema digestivo.
La mucosidad en la materia fecal es perfectamente normal, pero no en demasiada cantidad. Si observas que las heces de tu bebé tienen demasiada mucosa, consulta con el pediatra tan pronto como puedas.