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El SIBO, también conocido como el síndrome del asa ciega, es un tipo de disbiosis o desequilibrio bacteriano que se presenta en el intestino delgado debido al sobrecrecimiento desmedido de bacterias.
El intestino delgado mide alrededor de 6 metros, esto lo convierte en la parte más larga del tubo digestivo y es allí donde los alimentos y los jugos digestivos se mezclan para que los nutrientes se absorban.
Es natural que en el intestino delgado de una persona saludable habiten cierto tipo de bacterias, aunque en una cantidad inferior a los millones que residen en el colon (intestino grueso); la cantidad es menor, debido a la presencia de jugos gástricos y a que su contenido está en constante fluidez.
La poca cantidad de bacterias es lo que permite el equilibrio, por esta razón, cuando el balance bacteriano se rompe (disbiosis), la persona empieza a enfermarse, sobre todo, debido a la producción de toxinas que impiden la correcta absorción de los nutrientes.
En el caso del SIBO, la expansión de bacterias suele ser provocada por una circunstancia externa, como los efectos secundarios de una cirugía abdominal o como consecuencia de alguna enfermedad que provoca que el paso de alimentos a través del tracto digestivo se haga más lento; en esta lentitud las bacterias encuentran el escenario idóneo para multiplicarse.
Las bacterias que causan el SIBO, son normalmente bacterias que no pertenecen a la microbiota del intestino delgado, sino del grueso.
Las causas de esta enfermedad son variadas, los siguientes son algunos los factores de riesgo asociados al SIBO:
La sintomatología del SIBO suele ser gastrointestinal. Es normal que el paciente con este trastorno sienta:
Ante la presencia de uno o varios de los anteriores síntomas, será necesario visitar a tu proveedor de salud para que te ayude a identificar lo que sucede internamente en tu organismo y te recomiende el tratamiento apropiado para atender tu condición. Es importante que en ningún momento te autodiagnostiques o automediques, pues un diagnóstico incorrecto y un medicamento inadecuado podría tener complicaciones para tu salud.
Para diagnosticar la presencia de esta afección en tu organismo será necesario hacer un test de hidrógeno expiado para mediar si tu organismo está produciendo hidrógeno o metano. La producción de estos gases podría ser un certero indicador del sobrecrecimiento de bacterias en tu intestino delgado.
En cuanto al tratamiento de esta afección, los especialistas médicos se enfocan en tres aspectos fundamentales, cada uno de los cuales responde a estrategias diferentes:
El SIBO está asociado con otras afecciones de salud que pueden ser leves o muy graves, algunas de ellas son:
Así mismo, la presencia desatendida de SIBO puede llegar a tener implicaciones nutricionales como no absorción de grasas y vitaminas (A, B, D, E y K). Como consecuencia de la sobrepoblación de bacterias, el organismo de la persona afectada podría generar déficit de la vitamina B12, lo cual, en casos extremos, podría dañar definitivamente el sistema nervioso central.
Los pacientes con molestias gastrointestinales suelen no prestar atención a estas por considerarlas afecciones de menor importancia, sin embargo, en algunas ocasiones, sus síntomas podrían confundirse con los de problemas más graves como en el caso del SIBO, de ahí la importancia de consultar con tu médico de confianza cada vez que algo no marche bien en tu organismo, sin importar cuan leves sean los síntomas.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
En el caso del SIBO y otras enfermedades que impliquen tu sistema digestivo, será el médico gastroenterólogo el responsable de entregarte el diagnóstico.
El tratamiento farmacológico y los cambios apropiados en la dieta podrían dar resultados satisfactorios en un tiempo aproximado de dos meses, sin embargo, esto depende de cada paciente y del tratamiento específico.
Antes de empezar cualquier tratamiento alternativo es importante que discutas con tu médico de confianza los riesgos y ventajas que este podría traer, y así puedas tomar la mejor decisión para tu salud.