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Sarcoma es el nombre bajo el cual se agrupan diferentes tipos de cáncer, unos más comunes que otros, pero en general todos muy agresivos. Los cánceres de este tipo suelen ser tumorales y afectan principalmente los tejidos conectivos o blandos, por esta razón también es conocido como sarcoma de tejidos blandos.
El cuerpo humano está formado por diferentes tipos de tejidos. El conectivo o blando, también llamado conjuntivo, es uno de los más importantes debido a la función que cumple: es el responsable de sostener y unir otros tejidos, entre los que destacan el sanguíneo, el óseo, el linfático y otros relacionados con la piel y el mantenimiento de la estructura interna de los órganos y, en consecuencia, del cuerpo.
Esta es la razón por la cual la medicina ha clasificado los sarcomas en más de 100 variedades, de hecho, este tipo de tumores podrían aparecer en partes muy diferentes y aparentemente desconectadas del cuerpo: desde los tejidos internos hasta los órganos externos como la piel y en diferentes etapas de la vida. Los sarcomas, a diferencia de los carcinomas, son muy comunes en niños y adolescentes.
La variedad de tejidos blandos explica que un sarcoma pueda aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Los sarcomas son generalmente tumores asintomáticos, lo cual hace difícil su detección temprana, además, cuando aparecen, la sintomatología se asocia el tipo de sarcoma y a la parte del cuerpo que el tumor ataca. Cuando los sarcomas aparecen en la parte exterior del cuerpo, como las extremidades o la piel, pueden aparecer signos como inflación o abultamiento sin razón aparente, coloraciones y manchas inusuales como lunares o verrugas, que se extienden o crecen vertiginosamente.
Cuando los órganos o tejidos internos están comprometidos, la sintomatología aparece cuando ya el tumor ha alcanzado un tamaño tal que empieza a afectar otros órganos o tejidos comprimiéndolos, lo cual generalmente causa molestias severas que obligan al paciente a acudir a su proveedor de salud. Algunos de los síntomas frecuentes son:
Debido a su carácter silencioso y asintomático, uno de los riesgos más graves cuando hay presencia de sarcoma en los órganos internos, es la metástasis, es decir, la expansión del cáncer a otras partes del cuerpo como consecuencia de la reproducción de las células cancerosas.
La metástasis se presenta cuando las células cancerosas del tumor principal se desprenden de él y viajan a través de los vasos sanguíneos y linfáticos hacia órganos y tejidos del cuerpo aún no afectados por el cáncer y que pueden estar próximos o distantes al tumor original, allí empiezan a formarse nuevos tumores. Por ejemplo, un sarcoma en la piel podría hacer metástasis y convertirse en un sarcoma óseo.
En general, el cáncer es una enfermedad causada por la mutación anormal de algunos genes, lo cual hace que nazcan y se reproduzcan descontroladamente células anómalas, la acumulación de estas células hace que se formen tumores malignos que invaden y destruyen los órganos y tejidos del organismo.
Se cree que aproximadamente el 10 % de los casos de cáncer puede llegar a tener su raíz en la herencia familiar, es decir, que uno de los padres transmite a sus hijos su mutación genética, quienes, a su vez, pueden desarrollarla o no.
El 90% restante no tiene una razón específica o conocida, por lo que sus causas son multifactoriales. Estos son algunos de los factores que pueden intervenir en el desarrollo de cualquier tipo de cáncer, entre ellos los sarcomas:
Existen diferentes maneras de tratar este tipo de cáncer. De acuerdo a cada caso específico, el especialista médico considerará cuál es el mejor camino a seguir. En la mayoría de los casos es necesario combinar varias opciones de tratamiento.
De acuerdo al tamaño y a la localización del sarcoma en el cuerpo, el especialista médico podría considerar la intervención quirúrgica para extirpar el tumor. En este tipo de casos, alrededor de 2 centímetros del tejido sano son retirados del organismo junto con el tumor, de esta manera se trata de asegurar que todas las células cancerosas sean extraídas. Esto disminuye las probabilidades de que el sarcoma reaparezca.
En la mayoría de los casos, la cirugía por sí sola no es suficiente para eliminar el sarcoma, por esta razón es necesario que el paciente sea sometido a quimioterapia y/o radioterapia antes de la cirugía. Estos procedimientos, bien sea que se realicen individualmente o combinados, ayudan a reducir el tamaño del tumor previo a la extracción y es lo que se conoce como tratamiento neoadyuvante.
La quimio y la radioterapia también se pueden usar después de la cirugía para destruir las células cancerosas que hayan quedado en el cuerpo, si este es el caso, esto constituye un tratamiento adyuvante.
El tratamiento adecuado permite que los sarcomas no muy avanzados sean curables y que los que se encuentran en etapas terminales o hayan hecho metástasis puedan ser tratados mejorando la calidad de vida del paciente; en este último caso, además de la quimio, la radioterapia y la cirugía, se emplean tratamientos paliativos que ayudan a mitigar los dolores propios de la enfermedad y los efectos secundarios de la quimio y la radioterapia.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Los sarcomas de tejido blando son más frecuentes en las extremidades: brazos y piernas y en los órganos abdominales.
Lo más importante es averiguar la historia familiar para saber si ha habido otros casos de cáncer, en cuyo caso será necesario que visites a tu proveedor de salud para profundizar al respecto, probablemente será necesario un examen genético para analizar tus posibilidades de padecer cáncer.
Lo más importante es la detección temprana y seguir el tratamiento oportuno para evitar la propagación de la enfermedad.