Prevenir el mareo en niños puede ser un desafío, especialmente durante los viajes en automóvil, avión o barco. Los pequeños son más propensos a experimentar sensaciones de mareo debido a su sistema vestibular en desarrollo. Sin embargo, con algunos consejos prácticos y medidas preventivas, los padres pueden ayudar a que sus hijos disfruten de un viaje más cómodo y libre de mareos. Aquí tienes una guía práctica para padres que desean prevenir el mareo en sus hijos:
¿Por qué se marean los niños?
Sabemos que la sensación de mareo en los niños puede ser una experiencia preocupante, tanto para los pequeños como para sus padres. El mareo es una sensación de desequilibrio y falta de estabilidad, a menudo acompañada de náuseas y vómitos. Si te preguntas por qué tu hijo se marea, es importante entender que hay varias razones detrás de esta sensación.
- Sistema Vestibular en Desarrollo: el sistema vestibular, que controla el equilibrio y la orientación espacial, está en pleno desarrollo en los niños. Esto puede hacer que sean más susceptibles a las sensaciones de mareo, especialmente durante el movimiento.
- Viajes en Vehículos: los viajes en automóvil, avión, barco o incluso en montañas rusas pueden ser desafiantes para algunos niños. La discrepancia entre lo que sienten sus oídos internos y lo que ven puede desencadenar el mareo.
- Enfoque Visual: los niños tienden a enfocarse en objetos cercanos mientras viajan. Esto puede perturbar su equilibrio visual y contribuir al mareo.
- Sensibilidad a Estímulos: algunos niños son más sensibles que otros a los cambios en su entorno. Los olores fuertes, la falta de ventilación o la vista de objetos en movimiento pueden desencadenar náuseas y mareos.
- Comidas Pesadas: la ingesta de comidas pesadas o alimentos grasosos antes de viajar puede aumentar las posibilidades de mareo en los niños.
- Lectura y Dispositivos Electrónicos: leer o usar dispositivos electrónicos mientras se viaja puede causar conflicto entre la información visual y el equilibrio interno, lo que resulta en mareo.
- Cambios de Altitud: los cambios rápidos de altitud, como subir una montaña o volar en avión, pueden afectar el oído interno y causar mareo.
- Ansiedad y Estrés: la ansiedad y el estrés pueden tener un impacto en el sistema vestibular, aumentando la probabilidad de experimentar mareo.
- Problemas de Oído: algunos problemas de oído, como infecciones del oído, pueden afectar el equilibrio y causar mareo.
Es importante recordar que el mareo ocasional en los niños es común y suele ser inofensivo. Sin embargo, si el mareo es recurrente, intenso o va acompañado de otros síntomas preocupantes, es recomendable consultar a un médico. Los profesionales de la salud pueden evaluar la situación y ofrecer orientación específica sobre cómo abordar el problema.
¿Cómo prevenir el mareo en los niños?
Ya te contamos un poco sobre esas causas que generan mareo en laso pequeños, ahora es importante que conozcas estos consejos para prevenirlo.
- Elije el Asiento Adecuado: si estás viajando en un vehículo con tu hijo o hija, opta por asientos en la parte delantera o en el centro del mismo. Esto permite a los niños tener una vista clara del camino y reducir la posibilidad de mareo al mantener su horizonte visual estable.
- Ventilación: mantén el área bien ventilada y fresca. El aire fresco ayuda a reducir la sensación de náuseas.
- Evita Comidas Pesadas: antes de viajar, asegúrate de que tu hijo no haya comido una comida pesada. Opta por opciones ligeras y evita alimentos picantes o grasosos.
- Mantén la Hidratación: mantener hidratado a tu pequeño o pequeña es esencial para prevenir el mareo. Proporciona agua y líquidos durante el viaje.
- Mirar al Horizonte: anima a tu hijo a mirar al horizonte o hacia adelante, en lugar de enfocarse en objetos cercanos que pueden empeorar el mareo.
- Descansos Frecuentes: si estás viajando en automóvil, realiza paradas frecuentes para que tu hijo pueda caminar un poco y respirar aire fresco.
- Mantén la Conversación: mantén una conversación alegre y entretenida con tu hijo durante el viaje. Esto puede ayudar a distraer su mente del mareo.
- Evita Leer o Usar Dispositivos Electrónicos: leer o usar dispositivos electrónicos puede aumentar el riesgo de mareo en algunos niños. Limita estas actividades durante el viaje.
- Tratamientos Naturales: algunos padres han encontrado que los chicles de jengibre o las pulseras de acupresión ayudan a aliviar el mareo en niños.
- Medicamentos para el Mareo: consulta con un profesional de la salud antes de darle a tu hijo cualquier medicamento para el mareo. Algunos medicamentos pueden ser seguros y efectivos en dosis adecuadas.
- Evitar Estímulos Visuales Conflictivos: evita exponer a los niños a estímulos visuales que puedan ser conflictivos, como luces intermitentes, patrones de movimiento rápido en la televisión o videojuegos.
- Mantener un entorno bien ventilado: asegúrate de que la habitación esté bien ventilada y libre de olores fuertes que puedan desencadenar náuseas y mareos.
- Mantener una dieta equilibrada: una dieta equilibrada y saludable es fundamental para prevenir el mareo. Evita alimentos grasosos o pesados, especialmente antes de realizar actividades que podrían desencadenar el mareo.
- Descanso suficiente: asegúrate de que tu hijo esté descansado. El cansancio y la falta de sueño aumentan la susceptibilidad al mareo.
- Evitar el uso excesivo de dispositivos electrónicos: limita el tiempo que los niños pasan mirando pantallas de dispositivos electrónicos. Los movimientos rápidos en las pantallas pueden causar desequilibrios en el sistema visual.
- Mantener una buena higiene postural: enséñales a tus hijos a mantener una buena postura, especialmente al estar sentados o de pie durante largos períodos de tiempo.
- Practicar técnicas de relajación: la ansiedad y el estrés pueden contribuir al mareo. Es bueno que les enseñes a tus hijos algunas técnicas para relajarse, como la respiración profunda o la meditación.
- Mantenerse hidratado: la deshidratación puede agravar los síntomas de mareo. Asegúrate de que tus hijos beban suficiente agua a lo largo del día.
- Jugar al aire libre: el movimiento y la exposición al aire libre pueden ayudar a mejorar el equilibrio y la sensación de bienestar de los niños.
- Consultar a un profesional de la salud: si el mareo en tu hijo es recurrente, intenso o persistente, es recomendable consultar a un médico. Puede ser necesario realizar una evaluación médica para descartar cualquier problema subyacente.
Recuerda que cada niño es único y puede reaccionar de manera diferente a ciertos estímulos. Si el mareo se convierte en un problema recurrente o interfiere significativamente en la calidad de vida de tu hijo, no dudes en buscar la opinión de un profesional para estar seguro y cuidar a tus hijos de la mejor manera.