Comer a deshoras y lo qué implica para la salud

Editorial Farmatodo.

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Comer a deshoras significa comer en momentos no habituales o fuera de un horario regular de comidas. Esto puede incluir saltarse comidas, comer en horarios inconsistentes o consumir grandes cantidades de alimentos muy en la noche. Esta es una práctica cada vez más común en la sociedad moderna debido a que los horarios de trabajo, el estrés y las responsabilidades a menudo interfieren con los momentos tradicionales de las comidas. Sin embargo, esta tendencia puede tener serias implicaciones para la salud, afectando desde el metabolismo hasta el sueño y el bienestar general.

Cuando no sigues un horario regular de comidas, tu cuerpo puede experimentar desequilibrios en los niveles de glucosa en la sangre, lo que puede llevar a antojos de alimentos poco saludables y a comer en exceso. Además, comer a deshoras puede afectar el metabolismo y la digestión, lo que puede contribuir al aumento de peso y a padecer problemas gastrointestinales como acidez estomacal e indigestión. Además, puede afectar negativamente la calidad del sueño y el rendimiento cognitivo.

En este artículo comprenderás cómo comer a deshoras puede influir en tu salud, por qué es importante tratar de mantener un horario regular de comidas y evitar comer en exceso durante la noche, y qué medidas puedes tomar para mitigar los efectos negativos de comer en horas no adecuadas.

1. Metabolismo alterado

El cuerpo humano está diseñado para seguir un ritmo circadiano, es decir, un ciclo de aproximadamente 24 horas que regula varios procesos biológicos, incluidos el sueño y el metabolismo. Comer a deshoras puede alterar este ritmo natural, lo que puede llevar a desequilibrios en los niveles de glucosa o azúcar en la sangre e insulina. Esto puede afectar la capacidad del cuerpo para quemar calorías de manera eficiente y aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y de diabetes tipo 2 a largo plazo.

2. Aumento de peso

Comer a deshoras puede contribuir al aumento de peso y a desarrollar obesidad. Cuando comes fuera del horario regular de comidas, es más probable optar por alimentos ricos en calorías, grasas y azúcares, en lugar de opciones más saludables y equilibradas. Además, el metabolismo puede ralentizarse durante la noche, lo que hace que sea más probable que las calorías consumidas en la noche se almacenen como grasa en lugar de utilizarse como energía.

3. Problemas digestivos

Comer a deshoras también puede afectar la digestión y causar problemas gastrointestinales como acidez estomacal, indigestión y síndrome del intestino irritable. Esto se debe a que el cuerpo no está preparado para digerir alimentos de manera eficiente fuera de su horario habitual. Además, comer grandes cantidades de alimentos tarde en la noche puede aumentar el riesgo de reflujo ácido y agravar los síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.

4. La calidad del sueño se ve afectada

Comer tarde en la noche puede afectar negativamente la calidad del sueño y conducir a trastornos del sueño como el insomnio. Esto se debe a que el cuerpo necesita tiempo para digerir los alimentos antes de acostarse, y comer justo antes de dormir puede interferir con este proceso. Además, los alimentos ricos en grasas y azúcares pueden estimular el sistema nervioso, lo que hace más difícil conciliar el sueño.

5. Riesgo de enfermedades crónicas

Comer a deshoras de manera regular puede aumentar el riesgo de desarrollar una variedad de enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico. Estas condiciones están estrechamente relacionadas con el estilo de vida y la dieta, y comer a deshoras puede ser un factor de riesgo significativo.

¿Cómo mitigar los efectos negativos?

  1. Planificación de comidas: dedica tiempo a planificar tus comidas con anticipación. Establece horarios fijos para el desayuno, almuerzo y cena, y trata de seguirlos lo más posible; también es bueno limitar los refrigerios a horarios específicos entre comidas. Esto te ayudará a crear una rutina y a evitar la tentación de comer en momentos no programados.
  2. Comer en momentos regulares: intenta comer tus comidas principales a la misma hora todos los días. Esto ayuda a regular el metabolismo y a mantener niveles estables de glucosa en sangre. Si es posible, trata de evitar comer en exceso durante la noche y limita los refrigerios entre comidas.
  3. Escuchar las señales de hambre: aprende a reconocer las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo y no esperes hasta tener mucha hambre para comer, pero tampoco comas si no tienes hambre. Aprender a escuchar a tu cuerpo te ayudará a comer cuando realmente lo necesitas y a evitar comer por aburrimiento o estrés.
  4. Optar por alimentos saludables: elige alimentos nutritivos y equilibrados en lugar de opciones poco saludables como alimentos procesados y ricos en calorías, grasas saturadas y azúcares. Prioriza alimentos ricos en fibra, proteínas magras, frutas, verduras y granos enteros que proporcionan nutrientes esenciales y ayudan a mantenerte satisfecho por más tiempo. Además, limita el consumo de alimentos y bebidas ricas en cafeína y alcohol, especialmente por la noche, ya que pueden interferir con el sueño y empeorar los problemas digestivos.
  5. Evitar comer por impulso: si sientes el impulso de comer fuera de tu horario regular de comidas, detente un momento y reflexiona sobre tus motivaciones ¿Estás realmente hambriento o estás comiendo por aburrimiento, estrés o emoción? Identificar las razones detrás de tus hábitos alimenticios te ayudará a tomar decisiones más conscientes.
  6. Buscar apoyo: comparte tus metas de cambiar tus hábitos alimenticios con amigos, familiares o un profesional de la salud. El apoyo de otras personas puede ser motivador y te ayudará a mantenerte responsable de tus acciones.
  7. Ser flexible: no te castigues si ocasionalmente comes fuera de tu horario regular. Ser flexible y comprensivo contigo mismo es importante para mantener una relación saludable con la comida. En lugar de enfocarte en los errores, concéntrate en volver a tu horario regular de comidas y seguir adelante.

Comer a deshoras puede tener serias implicaciones para la salud, incluyendo alteraciones metabólicas, aumento de peso, problemas digestivos, disminución de la calidad del sueño y riesgo de enfermedades crónicas. Sin embargo, adoptar hábitos alimenticios saludables y seguir un horario regular de comidas puede ayudar a mitigar estos efectos negativos y promover una mejor salud y bienestar general.

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Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.

Preguntas Frecuentes


¿Comer a deshoras puede darme gastritis?

En efecto, comer a deshoras puede aumentar el riesgo de desarrollar gastritis, ya que puede provocar desequilibrios en la producción de ácido estomacal y dificultar la digestión adecuada.

¿Cómo puedo eliminar mi habito de comer a deshoras?

Puedes eliminar el hábito de comer a deshoras estableciendo un horario regular de comidas, identificando las señales de hambre y saciedad, optando por alimentos saludables y evitando comer por impulso o aburrimiento.

¿Comer a deshoras es igual a alimentarse mal?

Comer a deshoras no siempre significa alimentarse mal, pero puede conducir a elecciones alimenticias menos saludables y desequilibrios en la ingesta calórica si no se controla adecuadamente.