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Los huesos son los órganos más resistentes del cuerpo, ellos conforman el esqueleto que le da estructura y sostiene a nuestro organismo. Accidentes graves, golpes fuertes, lesiones deportivas, caídas y, en algunos casos, condiciones preexistentes como la osteoporosis y otras enfermedades, podrían fácilmente causar el debilitamiento de los huesos y, como consecuencia, su ruptura o fractura. Aunque son poco frecuentes, la medicina también ha registrado fracturas por estrés, estas son pequeñas fisuras que se producen por el exceso de uso del hueso.
La ruptura de un hueso es extremadamente dolorosa y, en ocasiones, la estructura rota podría rasgar también la piel. Además del dolor intenso, la sintomatología de una fractura incluye la deformidad de la extremidad, hematomas o hinchazón y dificultad para mover la parte afectada.
Ante la presencia de una fractura, se recomienda que el paciente acuda lo más pronto posible a su servicio médico. En algunos casos la cirugía será necesaria, en otros, la ruptura puede resolverse mediante férula o yeso.
Tipos de fractura: las fracturas se clasifican en varias clases con base en el daño, la causa de la rotura y el patrón o trazo de la rotura.
Fracturas patológicas: son el resultado de la pérdida de masa ósea o del debilitamiento del hueso por causa de alguna enfermedad o patología, por ejemplo, cáncer en los huesos, osteoporosis, osteogénesis imperfecta, entre otras.
La curación de un hueso fracturado implica un proceso de curación largo que necesita paciencia y cuidados. Durante el tratamiento las partes del hueso recuperan su lugar original, con el tiempo el hueso suelda y el paciente puede recuperar el uso normal de la parte afectada. En algunos casos, la terapia de recuperación podría ser necesaria.
Es importante que el paciente que ha sufrido una fractura reduzca los movimientos y evite tocar el área afectada o tratar de recomponer el hueso por sí mismo. Se recomienda, en cambio, inmovilizar la zona mientras acude al servicio médico, lo cual deberá hacer lo más pronto posible para evitar cualquier tipo de complicación o un dolor mayor al que la rotura de un hueso causa por sí misma.
Una vez acuda al servicio de salud, es importante que el paciente o su acompañante informe al personal las causas de la fractura y el momento y la manera cómo esta se produjo. Estos datos pueden brindar al especialista información relevante como los huesos dañados y la localización y el tipo de fractura. Al paciente se le practica una radiografía para precisar los daños y considerar los pasos a seguir.
En el caso de una fractura muy grande o en varias partes, es posible que sea necesaria una cirugía en la que se pongan placas de metal, agujas o tornillos para reubicar el hueso o para volverlo a unir. Si el procedimiento quirúrgico no es necesario, el médico sitúa de nuevo el hueso en su posición natural y lo inmoviliza para que el tiempo haga lo suyo en el proceso de sanación, que puede ser de semanas o meses, según el caso.
Los vasos sanguíneos serán los responsables de cerrar la fractura mientras el hueso continúa la producción de células que también intervienen en el sellado de la fractura. Progresivamente, el hueso roto recupera su fuerza y funciones normales.
En general, una fractura no suele representar un problema grave, sin embargo, en algunas oportunidades, la rotura de un hueso puede ser el punto de partida de afecciones de salud más importantes. Los adultos mayores y los niños son los más propensos a sufrir de este tipo de lesiones, en el caso de los primeros, por la edad y otros factores, las consecuencias suelen ser más preocupantes.
Los accidentes son las causas más frecuentes de fracturas y, aunque es difícil evitar un accidente, sí puedes trabajar para mantener tus huesos fuertes. Llevar una dieta balanceada, rica en calcio y vitamina D, fortalecer tu sistema músculo-esquelético, y acudir con regularidad a tu proveedor médico para evaluar la salud de tu cuerpo, te ayudará a reducir los riesgos. Recuerda que tu cuerpo tiene 206 huesos y que todos ellos son susceptibles de sufrir una fractura, por eso, cuídalos y mantenlos sanos y fortalecidos, eso te hará menos propenso a sufrir una fractura.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Dado que la fractura de un hueso puede causar un dolor intenso, es recomendable que solicite la ayuda de un acompañante. Este puede ayudarle con trámites de rutina, a hacer preguntas y a tener presentes todas las recomendaciones médicas. No obstante, si no cuenta con alguien que acuda con usted, también puede hacer este trámite en solitario.
Siempre será necesario que consulte su especialista de confianza. Él le indicará la fecha de la siguiente visita y es importante que usted asista con puntualidad a la cita, pues es cuando el especialista evaluará cómo va su proceso de sanación y le dará las indicaciones a seguir.
Entre las fracturas de hueso más comunes se encuentran: fractura de clavícula, mano, brazo, muñeca, fémur, tibia, radio y peroné. Recuerda mantenerlos sanos y fortalecidos para ser menos propenso a sufrir una fractura.