Síndrome de Burnout: El Agotamiento Profesional y Sus Señales

Editorial Farmatodo.

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Si te ha sucedido que, aun disfrutando mucho tu trabajo, sientes que ya no puedes más con la carga laboral, si sientes tanto cansancio que te parece que ya no puedes ni conciliar el sueño, si estás frecuentemente irritable, si incluso has llegado a experimentar una sensación de incomprensible tristeza, ¡cuidado!, podrías estar sufriendo del síndrome de burnout.

Conocido también como el síndrome del empleado o trabajador quemado, el burnout describe un estado de estrés en el trabajo por causa del agotamiento mental y físico continuado. El problema de este estado es que no solo afecta el desempeño profesional, generando una aversión por el trabajo, también trae efectos nocivos para la vida personal e íntima de quien lo padece.

El síndrome de burnout tiene un crecimiento progresivo: poco a poco el empleado pasa de la fatiga y el cansancio a perder el gusto por realizar sus labores, hasta que finalmente desarrolla una aversión por su trabajo. El síndrome de burnout podría llegar a desencadenar cuadros de depresión severa.

Sintomatología característica del síndrome de burnout

  1. Fatiga y agotamiento mental y físico: el empleado empieza a sentir que carece de la energía suficiente para realizar su trabajo.
  2. Presencia de malestares físicos sin razón aparente: migrañas continuadas, poco apetito o exceso del mismo, desórdenes hormonales, problemas gástricos, entre otros.
  3. Estrés y ansiedad en aumento que, en algún momento, devienen en incapacidad para dormir: irritabilidad, apatía, deseo de estar solos y en silencio, tristeza y frustración.
  4. Indiferencia y pérdida del compromiso con el trabajo: el burnout hace que el empleado pierda el gusto por su trabajo, lo que se traduce en que, poco a poco, deja de realizar sus labores y de interesarse por ser eficiente y efectivo. El empleado deja de cumplir con sus responsabilidades y se muestra indiferente frente a ello.
  5. Baja productividad: como consecuencia de todo lo anterior, el empleado es incapaz de cumplir con sus responsabilidades y cada vez acumula más tareas pendientes, esto va sumándole cada vez más y más presión a la sensación de estar quemado. De este modo, el burnout se convierte en un círculo vicioso.

Tipos de burnout

Este trastorno, que fue reconocido en 2022 como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene dos maneras de manifestarse: de manera activa o pasiva.

  • Burnout pasivo: en este caso, el empleado mantiene una actitud negativa y apática a la que se suma una sensación de estar derrotado y no realizado, ni personal ni profesionalmente.
  • Burnout activo: en este punto el empleado aún es capaz de tener una conducta asertiva, que le permite reconocer que algo sucede y tratar de buscar soluciones al problema.

Niveles de burnout

En la actualidad los expertos reconocen cuatro niveles o estados del síndrome de burnout: leve, moderado, grave y extremo.

  • Leve

Podría describirse como un estado inicial, en el cual el empleado empieza a sentir cansancio y manifiesta desgano y pocos deseos de ir a trabajar. La expresión “¡qué pereza!”, refiriéndose al trabajo, se vuelve frecuente.

  • Moderado

El empleado pasa de la pereza a manifestar una actitud negativa respecto a su trabajo, el cansancio mental y físico empieza a hacerse más evidente.

  • Grave

El empleado ya ha entrado en frustración y ha perdido la motivación. Empieza a incumplir sus responsabilidades, a aislarse e incluso puede llegar a ausentarse del trabajo sin explicación.

  •  Extremo

Este es el punto máximo del síndrome de burnout, básicamente el empleado colapsa y pueden aparecer cuadros depresivos; esto se asocia con trastornos psicológicos.

Fases del burnout

Antes del llegar a estar quemado, que es la fase final, el empleado experimentará cuatro fases previas:

  1. Fase inicial: también conocida como la del entusiasmo. Ocurre al empezar un nuevo trabajo o proyecto, y se caracteriza por el positivismo y el entusiasmo, aunque también hay nerviosismo.
  2. Estancamiento: en esta segunda fase, el entusiasmo inicial se transforma en una sensación de estar estancado y no avanzar hacia el cumplimiento de sus metas o expectativas. La persona afectada empieza a sentirse derrotada y a dudar de si vale la pena el esfuerzo; se cuestiona si será capaz de responder por sus responsabilidades. Algunas manifestaciones físicas empiezan a aparecer. Aparece el burnout leve.
  3. Frustración: en esta etapa el empleado pierde el sentido de lo que está haciendo y se cuestiona su que hacer profesional. La motivación inicial ha desaparecido por completo, dando paso a la fatiga emocional que se hace más compleja debido a la sensación de frustración. Los síntomas físicos se hacen más evidentes y está asociado al burnout moderado.
  4. Apatía: en este punto el empleado se vuelve ineficaz y deja de interesarse por su cumplimiento en el ámbito laboral. En esta fase el síndrome de burnout ha permeado el ámbito personal del afectado, con lo cual empiezan a aparecer respuestas emocionales negativas en otros espacios que trascienden lo laboral. A los síntomas físicos ya acentuados se suman alteraciones emocionales y de la conducta, que disminuyen la calidad de vida del empleado. Es equivalente al burnout grave.
  5. Fase final: la fase del quemado. Este es el punto del colapso y se asocia con el nivel extremo del burnout. El afectado colapsa en todos los aspectos de su vida: laboral, personal e íntimo. Esta etapa podría llevarlo perder su empleo e incluso podría terminar en el hospital.

¿Qué hacer en caso de burnout?

Más allá del tratamiento, es importante la prevención al respecto. Tanto el empleado como el empleador son responsables de atender a las señales que podrían evidenciar que se está prestando un caso de burnout. Una vez los síntomas empiezan a aparecer, es importante emplear medidas preventivas como identificar las causas que están generando el síndrome, comunicar las emociones y necesidades, buscar acompañamiento psicológico y equilibrar el trabajo con hábitos de vida saludable fuera del ámbito laboral.

Si el empleado ya ha sido diagnosticado con el síndrome, será necesario visitar a tu proveedor de salud. En algunos casos, el acompañamiento psicológico deberá estar de la mano de un tratamiento farmacológico, sobre todo, cuando ya se han producido afectaciones sobre la salud física. El burnout podría llegar a cobrar la vida de una persona si no se atiende a tiempo.

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Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.

Preguntas Frecuentes


¿Quiénes son más propensos a sufrir burnout?

Inicialmente, se creía que quienes tienen profesiones relacionadas con atender relaciones sociales son más propensos al burnout, sin embargo, estudios recientes demuestran que en algún punto todos pueden sufrir estrés laboral, y si este no se atiende apropiadamente, podría devenir en un caso de burnout.

¿Cómo se si tengo este síndrome?

Si presentas algunos síntomas que te preocupan, será necesario que te sometas a un examen conocido como el test de Maslach, un cuestionario en el que a partir de 22 preguntas se podrá determinar si padeces este síndrome o si eres propenso sufrirlo.

¿El síndrome de burnout podría causar otros problemas?

Si no se atiende a tiempo, el síndrome de burnout podría llevar a una persona a abusar de sustancias farmacológicas, a caer en cuadros de depresión severos e incluso a atentar contra su propia vida.