Contenido posible gracias a:
Si te ha sucedido que, aun disfrutando mucho tu trabajo, sientes que ya no puedes más con la carga laboral, si sientes tanto cansancio que te parece que ya no puedes ni conciliar el sueño, si estás frecuentemente irritable, si incluso has llegado a experimentar una sensación de incomprensible tristeza, ¡cuidado!, podrías estar sufriendo del síndrome de burnout.
Conocido también como el síndrome del empleado o trabajador quemado, el burnout describe un estado de estrés en el trabajo por causa del agotamiento mental y físico continuado. El problema de este estado es que no solo afecta el desempeño profesional, generando una aversión por el trabajo, también trae efectos nocivos para la vida personal e íntima de quien lo padece.
El síndrome de burnout tiene un crecimiento progresivo: poco a poco el empleado pasa de la fatiga y el cansancio a perder el gusto por realizar sus labores, hasta que finalmente desarrolla una aversión por su trabajo. El síndrome de burnout podría llegar a desencadenar cuadros de depresión severa.
Este trastorno, que fue reconocido en 2022 como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tiene dos maneras de manifestarse: de manera activa o pasiva.
En la actualidad los expertos reconocen cuatro niveles o estados del síndrome de burnout: leve, moderado, grave y extremo.
Podría describirse como un estado inicial, en el cual el empleado empieza a sentir cansancio y manifiesta desgano y pocos deseos de ir a trabajar. La expresión “¡qué pereza!”, refiriéndose al trabajo, se vuelve frecuente.
El empleado pasa de la pereza a manifestar una actitud negativa respecto a su trabajo, el cansancio mental y físico empieza a hacerse más evidente.
El empleado ya ha entrado en frustración y ha perdido la motivación. Empieza a incumplir sus responsabilidades, a aislarse e incluso puede llegar a ausentarse del trabajo sin explicación.
Este es el punto máximo del síndrome de burnout, básicamente el empleado colapsa y pueden aparecer cuadros depresivos; esto se asocia con trastornos psicológicos.
Antes del llegar a estar quemado, que es la fase final, el empleado experimentará cuatro fases previas:
Más allá del tratamiento, es importante la prevención al respecto. Tanto el empleado como el empleador son responsables de atender a las señales que podrían evidenciar que se está prestando un caso de burnout. Una vez los síntomas empiezan a aparecer, es importante emplear medidas preventivas como identificar las causas que están generando el síndrome, comunicar las emociones y necesidades, buscar acompañamiento psicológico y equilibrar el trabajo con hábitos de vida saludable fuera del ámbito laboral.
Si el empleado ya ha sido diagnosticado con el síndrome, será necesario visitar a tu proveedor de salud. En algunos casos, el acompañamiento psicológico deberá estar de la mano de un tratamiento farmacológico, sobre todo, cuando ya se han producido afectaciones sobre la salud física. El burnout podría llegar a cobrar la vida de una persona si no se atiende a tiempo.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Inicialmente, se creía que quienes tienen profesiones relacionadas con atender relaciones sociales son más propensos al burnout, sin embargo, estudios recientes demuestran que en algún punto todos pueden sufrir estrés laboral, y si este no se atiende apropiadamente, podría devenir en un caso de burnout.
Si presentas algunos síntomas que te preocupan, será necesario que te sometas a un examen conocido como el test de Maslach, un cuestionario en el que a partir de 22 preguntas se podrá determinar si padeces este síndrome o si eres propenso sufrirlo.
Si no se atiende a tiempo, el síndrome de burnout podría llevar a una persona a abusar de sustancias farmacológicas, a caer en cuadros de depresión severos e incluso a atentar contra su propia vida.