Quistes En Los Ovarios. Síntomas Y Medicamentos

Editorial Farmatodo.

Un amplio número de mujeres sufren de quistes ováricos en algún momento de su vida. Estos son “sacos” o “bolsas” llenas de líquido en la superficie o en el centro de alguno de sus dos ovarios. Es importante señalar que, por lo general, los quistes tienen el tamaño y la forma de una almendra, ubicados a un lado del útero. Cuando los óvulos se producen y maduran, se liberan durante su ciclo menstrual en los años fértiles. En los siguientes párrafos te mencionaremos cómo identificar el desarrollo de los quistes y qué debes hacer para eliminarlos, así como los riesgos que acarrean a largo plazo.

¿Cómo identificar los quistes en los ovarios?

Los quistes ováricos, en muchas ocasiones, no presentan síntomas. Esto quiere decir que se desarrollan sin que lo notes. De igual forma pueden evolucionar sin que te des cuenta. La mayoría dura meses, otras semanas. A pesar de esto, hay muchas mujeres que alegan sentir diversas molestias, por lo que visitan a su médico de cabecera. En los siguientes párrafos enlistamos los síntomas más comunes:

• El dolor en la pelvis. Viene a ser intenso o leve, pero siempre se da en la zona inferior del abdomen, donde se está desarrollando el quiste.
• La sensación de pesadez. Sentirás abultada la parte baja de tu abdomen sin motivo alguno.
• La sensación de hinchazón. Por último, se da la sensación de abultamiento del abdomen.

Debes tener en cuenta que estos son los síntomas más leves y naturales. En caso de que empieces a notar que el dolor pélvico y abdominal es más frecuente e intenso, y esté acompañado por náuseas, vómito y fiebre, debes tomar acción inmediata e ir a un especialista.

¿Cuáles son las causas que desarrollan los quistes ováricos?

Existe un gran catálogo de quistes, pero vamos a centrarnos en los más populares. A continuación, te enlistamos lo que debes saber:

• Quiste funcional general. En los ovarios es natural que crezcan figuras que se asemejan a los quistes cada mes (durante el periodo de la menstruación). Estos son denominados “folículos.” Se encargan de producir la progesterona y el estrógeno en abundancia. También liberan el óvulo cuando ovulas. Sin embargo, no es “natural” si crecen demasiado. En este caso se les denomina “quiste funcional,” el cual se divide en dos tipos: “quiste funcional folicular” y “quiste funcional del cuerpo lúteo”.
• Quiste funcional folicular. Por lo general se produce a mitad de tu ciclo menstrual. Es necesario señalar que, cuando el óvulo parte del folículo, viaja a través de la trompa de Falopio. Ahora bien, si el folículo no libera el óvulo, y éste sigue creciendo, es cuando surge el quiste folicular.
• Y quiste funcional del cuerpo lúteo. Una vez que el folículo libera el óvulo, éste se encarga de producir progesterona y estrógeno. Aquí deja de ser un folículo para convertirse en un “cuerpo lúteo''. El quiste del cuerpo lúteo se desarrolla cuando se acumula demasiado líquido en él y esto provoca que se expanda.

Los quistes funcionales son en extremo inofensivos (la mayoría de las veces), así que no producen dolor y, en dos a tres meses, desaparecen sin que hagas algo. Sin embargo, hay diversos tipos de quistes que no están relacionados al esquema normal de tu menstruación, así que debes tener más cuidado. Entre ellos podemos destacar los siguientes:

• Dermoides. También se conocen por “teratomas”, siendo un tipo de quiste que puede contener tejido. Como piel, dientes, o cabello. ¿Cómo es posible esto? Se forman a partir de células embrionarias, lo que explica estas características. Por otro lado, si bien puede presentar algo de dolor, no es canceroso.
• Cistoadenomas. Solo aparecen en la superficie de tus ovarios. Su principal característica es que están llenos de material mucoso y acuoso.
• Endometriomas. Surgen de una enfermedad que provoca el crecimiento de las células endometriales fuera del propio útero, lo que le da vida a su nombre. Parte del tejido endometrial se adhiere al ovario, formando un bulto.

En este caso debemos señalar que las dermoides y los cistoadenomas pueden evolucionar en tamaño, lo que provoca el desplazamiento del ovario. Si bien muchas mujeres no le dan su debida importancia, este evento provocaría una torsión dolorosa. La cual se denomina “torsión ovárica”. No sólo movería el ovario de su posición, sino que detendría o reduciría el flujo sanguíneo que va hacia éste, volviéndose en una situación de alto riesgo.

¿Cuáles son los riesgos de los quistes en el ovario y qué factores motivan su desarrollo?

La mayoría de los quistes ováricos, como explicamos con anterioridad, no presentan molestias a largo plazo. Y en caso de que lo haga, son nulos. Por ello debes estar atenta. Cuando estos quistes se rompen empiezan a manifestar fenómenos en tu cuerpo, afectando tu rendimiento cotidiano. Por eso, en los siguientes párrafos, detallaremos a profundidad cuáles son las condiciones que aumentan las probabilidades de desarrollar un quiste:

• Tomar drogas. Los medicamentos como “clomifeno”, una droga especializada para aumentar la fecundación y estimular la ovulación, puede provocar la ruptura y el nacimiento de un quiste.
• Estar embarazada. A pesar de que no se documentan casos de manera frecuente, es natural que las mujeres embarazadas que hayan desarrollado un quiste por ovular, sigan teniéndolo a lo largo de su embarazo.
• Desarrollar una infección pélvica. En caso de que no te trates con anticipación, las infecciones de tu pelvis se pueden extender hasta llegar a tus ovarios, lo que desencadenaría la formación de nuevos quistes.
• Y haber tenido un quiste. Si ya desarrollaste un quiste en tu pasado, tienes mayores probabilidades de desarrollar otro ahora o en el futuro.

Como puedes notar, hay ciertos eventos que están fuera de tu alcance y que motivan la aparición de un quiste. Por ello es aconsejable que te realices exámenes semestrales o anuales con el fin de evitar sorpresas. De igual forma presta atención a los cambios de tu ciclo mensual. Te recomendamos llevar un registro de cómo te sientes y qué has notado, así identificarás con mayor precisión síntomas inusuales.