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El esguince de tobillo es un tipo de lesión que se produce cuando el tobillo sufre una torcedura más allá del límite de movimiento que posee. Esto puede causar un estiramiento o desgarro de los ligamentos, los cuales son las bandas que ayudan a que los huesos del tobillo se mantengan unidos.
Cuando estos ligamentos se fuerzan más de lo que normalmente se pueden mover, se producen los esguinces. Siendo generalmente en la parte externa de los tobillos. Asimismo, este se puede clasificar en diferentes tipos y tanto los síntomas, como el tratamiento varían de acuerdo a la gravedad de la lesión. Continúa leyendo para que conozcas todo sobre el esguince de tobillo y cómo prevenirlo.
El esguince de tobillo puede producirse de diversas formas, esto depende de la distensión, desgarro o rotura que sufran los ligamentos que unen los huesos del tobillo. De esta forma, se clasifican de la siguiente manera:
Esguince de ligamento lateral externo: también conocido como inversión de tobillo, es un tipo de esguince en el cual la planta del pie queda mirando en sentido hacia dentro, mientras que el tobillo hacia afuera. En este caso se ve afectado el ligamento ubicado en la parte externa de la articulación. Asimismo, es el más común de todos los tipos y se divide en grado I Leve, II Moderado y III Severo.
Esguince de ligamento medial: se le llama así cuando la planta del pie queda mirando hacia afuera. Esto ocurre cuando el pie se tuerce hacia el otro lado y afecta a los ligamentos de la parte interna del tobillo.
Esguince crónico: este tipo de esguince suele generar dolor por más de 4 o 6 semanas y suele desarrollarse de manera repetitiva en el mismo tobillo. Causando un mayor daño con el tiempo.
De acuerdo al tipo de esguince los síntomas van a variar, entre los más comunes se encuentran:
Las causas de un esguince de tobillo pueden ser muchas, sin embargo, entre las más comunes se encuentran:
Asimismo, existen algunos factores de riesgo que pueden incrementar las posibilidades de sufrir un esguince de tobillo. Estas son:
La prevención de un esguince de tobillo requiere de un buen cuidado personal. Entre las principales recomendaciones tenemos:
Existen una serie de exámenes para determinar que la lesión se trata de un esguince de tobillo y no de una fractura. Este puede ir desde la palpación del tobillo, hasta los siguientes:
Radiografías: permite ver imágenes de los huesos.
Resonancia Magnética: permite ver imágenes tridimensionales o transversales de las estructuras internas blancas del tobillo y los ligamentos de forma más detallada.
Ecografía: crea imágenes en tiempo real, permitiendo ver el estado de los tendones y ligamentos.
Exploración por tomografía computarizada: combina radiografías desde diferentes ángulos y crea imágenes tridimensionales o transversales para visualizar de forma más detallada los huesos.
Al igual que los síntomas, el tratamiento del esguince de tobillo varía de acuerdo a la gravedad de la lesión. Cada uno de estos tiene el objetivo de ayudar a reparar los ligamentos, disminuyendo la inflamación y el dolor generado. Algunos tratamientos son:
Por lo general, cuando ocurre un esguince de tobillo los especialistas pueden recomendar algunos fármacos que ayuden a aliviar el dolor producido. Entre estos suelen estar analgésicos de venta libre, es decir, que se pueden comprar sin necesidad de una receta médica.
Cuando el dolor es intenso al caminar, puede ser necesario el uso de equipos médicos como las muletas. Con ayuda de estas se disminuye la presión que se realiza sobre el tobillo al caminar. Asimismo, se puede implementar el uso de tobilleras, cintas deportivas o en casos más graves una bota o yeso para inmovilizar el tobillo.
Este tratamiento se suele recomendar una vez que ha pasado la inflamación y el dolor, es decir, luego de cumplir con el tiempo de reposo necesario. Para esto se debe acudir con un especialista para que se encargue de establecer las sesiones de ejercicios acorde a la lesión.
El objetivo de estas terapias es ayudar a recuperar la fuerza, estabilidad, amplitud de movimiento y flexibilidad del tobillo. De esta forma, se ayuda a prevenir los esguinces de tobillo recurrentes.
Cuando se trata de esguinces de alto grado y que no mejora con los tratamientos antes mencionados, se puede recomendar una cirugía. Esta puede ser tanto reparar los ligamentos que no se estén curando, como para reconstruir los ligamentos dañados con tejido de otro ligamento o tendón.
Para finalizar, es importante evitar automedicarse y acudir a un especialista para recibir el tratamiento más oportuno al tipo y grado de la lesión. Ya que de aplicar un tratamiento inadecuado puede generar malos resultados y empeorar la situación.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Por lo general cuando se cumple con todo el reposo y el tratamiento que indica el especialista, el esguince de tobillo suele tener una recuperación completa de 4 a 12 semanas de acuerdo al grado de la lesión.
Sí, cuando no se cumple con el tratamiento y reposo necesario para curar un esguince de tobillo este puede traer complicaciones a la larga. Desde dolores crónicos, hasta artritis en la articulación del tobillo e inestabilidad crónica.
No se recomienda dar masajes si recién tienes un esguince de tobillo. Lo ideal es cumplir primero con un reposo de al menos 21 días y posterior a estos comenzar con el tratamiento de fisioterapia donde se realizan los masajes y una serie de ejercicios.