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Hablar de este procedimiento quirúrgico implica, necesariamente, referirse a uno de los órganos que conforma el sistema digestivo: el colon. También llamado intestino grueso, este es para el ser humano el último eslabón en la cadena de procesamiento de alimentos y el responsable de producir y almacenar la materia fecal. De su buen funcionamiento dependerá la salud de tu cuerpo, por el contrario, si no recibe la atención y los cuidados que precisa, múltiples afecciones podrían interferir en la buena marcha de este órgano, en algunos casos, una colostomía podría ser la solución para hacer frente a los trastornos que afectan al colon.
Una colostomía es una cirugía que se practica haciendo una incisión en algún punto de la pared abdominal, a través de la abertura se saca una porción de intestino grueso la cual es conectada a una bolsa adherida quirúrgicamente a la piel del abdomen; en el mundo médico a este se le llama estoma u ostomía, de ahí el término colostomía. Por causa de esto, la materia fecal que se moviliza por el colon hacia el recto y el ano para ser expulsada, cambie su curso a través de la estoma hacia la bolsa en el abdomen donde finalmente se almacenará para ser recogida manualmente.
Este procedimiento quirúrgico tiene un porcentaje de éxito superior al 90%; para llevarlo a cabo el paciente debe someterse a anestesia general durante dos horas aproximadamente y el tiempo de hospitalización postoperatorio será de una semana más o menos, de acuerdo a las consideraciones de los médicos responsables.
La colostomía se practica como última medida cuando el colon ha dejado de funcionar correctamente o una enfermedad ha afectado una porción del intestino grueso a tal punto que esta deberá ser extirpada. Entre las razones más comunes que podrían desembocar en una colostomía se encuentran:
• Lesiones graves en el colon o el recto por factores externos al funcionamiento cuerpo.
• Cualquier tipo de bloqueo en el intestino grueso (oclusión intestinal).
• Heridas en el perineo que es la zona entre el escroto y el ano para los hombres y entre el ano y la vulva para las mujeres.
• Infecciones abdominales como las que podría causar la diverticulitis perforada.
• Padecimientos crónicos como la enfermedad de Crohn.
• Cáncer colorrectal (el que afecta el colon y el recto), entre otros.
Tener una colostomía no representa ningún obstáculo para llevar una vida saludable y activa. Tras su recuperación los pacientes podrán recuperar sus actividades regulares de acuerdo a las indicaciones de cuidado de su médico. No obstante, las siguientes recomendaciones podrían tomarse en cuenta.
Cuidado de la piel que circunda la abertura: para evitar el dolor o la hipersensibilidad de la piel alrededor, es recomendable usar el tamaño adecuado de bolsa; no utilice una muy pequeña que pueda lesionar la estoma ni una muy grande que pueda permitir el contacto de las heces con la piel. También es importante que cambie su bolsa periódicamente, antes de que haya fugas u otros problemas. Antes de ponerse la bolsa, limpie con agua la piel y sécala completamente.
Báñese con normalidad: la colostomía es a prueba de agua y jabón, por lo que tomar duchas no la afectará. Se recomienda no retirar la bolsa para evitar la salida de materia fecal durante el baño, lo mismo que enjuagar y secar bien el área circundante.
Afeitar el área si es necesario: en el caso de pacientes con mucha vellosidad se recomienda afeitar cuidadosamente la zona para facilitar que la bolsa se adhiera.
Para eliminar los olores: es aconsejable usar bolsas a prueba de olores, adherir la bolsa apropiadamente a la piel, prestar atención a la alimentación ya que algunos alimentos pueden generar olores más fuertes que otros y, por su puesto, consultar a su médico, este podrá recetarle algún medicamento que le ayude.
Con base en su duración, una colostomía podría ser temporal o permanente. Y, de acuerdo a su ubicación podría clasificarse en colostomía transversa en asa y colostomía transversa de doble boca, ascendente y descendente. Veámoslas en profundidad.
Se aplica para el tratamiento de problemas en la parte inferior del colon que requieren que una porción del intestino guarde reposo. Lo que se hace, entonces, es evitar que las heces lleguen hasta el punto específico mediante una colostomía de corta duración; durante este tiempo, que puede ser de semanas, meses o años, de acuerdo a la situación del paciente y a la reacción de su cuerpo, el intestino se recupera. Una vez verificado el éxito del procedimiento, porque el colon recobra la salud, la colostomía será revertida mediante un nuevo procedimiento quirúrgico; el intestino, entonces, vuelve a funcionar con normalidad, es decir, que la materia fecal se expulsa de nuevo a través del ano.
Contrario a la anterior, este es un procedimiento de largo plazo e irreversible. Se lleva a cabo como respuesta a una enfermedad más grave, como el cáncer, la cual obliga a que la parte afectada del colon deba dejarse sin funcionamiento o bien extirparse. Tras practicarse, la fracción del colon que se encuentra más allá de la abertura quedará desconectada, además, el ano no dejará de ser el encargado de expulsar la materia fecal del cuerpo.
Se práctica en medio o hacia el costado derecho del abdomen y en la parte superior. Gracias a este procedimiento, las heces abandonan el cuerpo antes de llegar a la porción del colon descendente. Al paciente se le practican dos incisiones: una para eliminar la materia fecal y, la otra, para que expulse la mucosa que el colon produce regularmente, a pesar de las dos estomas, el intestino no se divide.
Ubicada igualmente en la parte superior del abdomen ya sea en medio o hacia el costado derecho, esta cirugía genera una división completa del intestino y una porción queda inhabilitada. En algunas ocasiones el extremo inactivado se cierra con una costura y permanece dentro de la cavidad abdominal, en este caso solo hay una estoma; en otras, el extremo se deja abierto y hay dos estomas, una (la de la porción inhabilitada) para eliminar mucosa y la otra para la materia fecal.
Es un procedimiento poco común, en este caso la cirugía se realiza en la parte derecha del abdomen y únicamente una sección corta del colon se mantiene activa, por lo que las heces serán muy líquidas y llenas de enzimas digestivas. Con una colostomía de este tipo, el paciente necesitará una bolsa con drenaje todo el tiempo y deberá proteger su piel de la materia fecal.
Se practica en el colon descendente, la abertura estará entonces en el lado inferior izquierdo del abdomen. En este tipo de colostomías los desechos son más consistentes y el paciente puede controlar voluntariamente sus evacuaciones. Una variación de esta es la colostomía sigmoidea, la cual se realiza unos centímetros más abajo y tiene la particularidad de que una gran parte del colon permanece activa.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Recuerde que una colostomía modifica el funcionamiento del cuerpo para permitirle continuar su vida con normalidad. Lo más seguro es que, tras el procedimiento quirúrgico, usted podrá recuperar sus hábitos, no obstante, si su actividad física es un deporte de contacto, consulte a su médico qué equipo especial es recomendable para cuidar la estoma.
Una colostomía no representa una limitación para vestirse, de hecho, las bolsas que se usan actualmente permanecen invisibles incluso si llevas ropa ajustada. La única recomendación, además de ponerse lo que le brinde comodidad, es ser cuidadoso con correas, cinturones, pretinas o similares, para que no lastimen la estoma.
Una colostomía sana se verá de color rosado o rojo, es normal que segregue mucosidad en pequeñas cantidades y no debe doler, rascar, enrojecerse, presentar fiebre localizada ni úlceras; si presenta alguno de esos síntomas o su colostomía le genera preocupación, consulte a su médico de confianza.