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Las estrías son esas líneas visibles en la piel que muchas personas experimentan en algún momento de sus vidas. Aunque a menudo se relacionan con el embarazo, las estrías pueden aparecer en hombres, mujeres y personas de diferentes edades. Estas marcas, que van desde un color rojizo o púrpura hasta un tono más claro o blanquecino, pueden afectar distintas áreas del cuerpo como el abdomen, los muslos, los brazos y las caderas. La razón principal por la que ocurren está vinculada a un estiramiento rápido de la piel, pero sus causas pueden ser variadas.
Comprender qué son las estrías y qué las produce es fundamental para quienes desean prevenirlas o buscar opciones de tratamiento. Aunque no son un riesgo para la salud física, para muchas personas pueden generar incomodidad estética. Afortunadamente, hoy en día existen múltiples opciones para reducir su apariencia y cuidar la piel, desde tratamientos médicos hasta soluciones caseras.
Son cicatrices que se forman porque la piel se estira o se contrae de manera rápida. Este cambio repentino provoca la ruptura de las fibras de colágeno y elastina, dos proteínas que brindan elasticidad y estructura a la piel. Cuando estas fibras se rompen, el cuerpo intenta repararlas, lo que da lugar a las estrías.
Al principio, las estrías suelen aparecer con un color rojo o púrpura, lo que indica la inflamación que está ocurriendo en las capas profundas de la piel. Con el tiempo, estas marcas se tornan más claras o blancas, a medida que el proceso de cicatrización avanza. Si bien la textura de las estrías varía, muchas personas las describen como líneas ligeramente elevadas o hundidas en la piel.
Las áreas del cuerpo donde comúnmente se desarrollan son aquellas donde se produce un mayor estiramiento de la piel. Estas zonas incluyen el abdomen, los senos, las caderas, los muslos, los glúteos y la parte baja de la espalda.
Existen diversas causas por las que se forman las estrías. A continuación, se presentan las más comunes:
Aunque las estrías no se eliminan por completo, existen varios tratamientos y recomendaciones que ayudan a reducir su apariencia.
Las estrías son una condición común de la piel que afecta a muchas personas en algún momento de sus vidas. Aunque no representan un riesgo para la salud, su apariencia puede causar incomodidad para quienes las padecen. Afortunadamente, existen diversos tratamientos y prácticas que ayudan a prevenir y reducir su apariencia, desde cambios en la rutina de cuidado de la piel, hasta procedimientos médicos más avanzados. Lo más importante es recordar que las estrías son una respuesta natural de la piel al cambio, y aprender a cuidar de nuestra piel nos ayudará a mantenerla saludable y fuerte a lo largo del tiempo.
Disclaimer
La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un
soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de
presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los
tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca
automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.
Las estrías son más comunes en mujeres, pero los hombres también pueden desarrollarlas, especialmente durante períodos de cambios físicos rápidos. Los adolescentes varones que están experimentando un crecimiento acelerado o los hombres que practican levantamiento de pesas podrían ser más propensos a tener estrías.
El mejor momento para tratar las estrías es cuando aún están en su fase inicial, es decir, cuando tienen un color rojizo o púrpura. Durante esta fase, las estrías todavía están inflamadas y hay mayor probabilidad de que los tratamientos tópicos o procedimientos médicos, como los láseres, sean efectivos.
El tiempo que tardan las estrías en desvanecerse con tratamiento varía según el tipo de tratamiento utilizado, la gravedad de las estrías y la respuesta de la piel. Por ejemplo, los tratamientos tópicos, como las cremas con retinoides, tardan entre tres y seis meses en mostrar mejoras visibles, mientras que los tratamientos con láser o microneedling ofrecen resultados más rápidos, generalmente en un período de uno a tres meses, después de varias sesiones.