APP Farmatodo

Instala nuestra app y compra más fácil y rápido

Descargar

Cuidados para quemaduras por el frío

Cuidados para quemaduras por el frío

A menudo pensamos que las quemaduras solo ocurren por calor o exposición solar, sin embargo, podemos encontrar casos en los que se dan por temperaturas extremadamente bajas. Estas lesiones, a las que también conocemos como congelación o lesiones por congelamiento, se producen cuando la piel y los tejidos se ven afectados por la exposición prolongada al ambiente helado.

El contacto prolongado con el hielo, el viento helado o superficies muy frías, afecta la piel al punto de generar ampollas, entumecimiento e incluso necrosis. Estas lesiones no deben ser subestimadas, ya que, además del daño físico, producen complicaciones si no son tratadas de forma adecuada y oportuna. Saber cómo prevenirlas y qué hacer en caso de presentarlas es fundamental, especialmente para personas que viven o trabajan en lugares donde las temperaturas descienden por debajo de los 0 °C.

Lesiones más comunes por frío

Existen distintos tipos de daño provocados por las bajas temperaturas, los cuales varían en gravedad dependiendo del tiempo de exposición, la intensidad del clima y la zona del cuerpo afectada. Entre los más comunes encontramos los siguientes:

  • Congelación superficial: es una afectación leve, en la que solamente están comprometidas las capas más externas de la piel. Suele comenzar con una sensación de hormigueo, entumecimiento y un color rojo que luego se vuelve blanco o amarillento. En esta etapa es posible recuperar completamente la zona si se actúa con rapidez.
  • Congelación profunda: aquí ya están comprometidos los tejidos más internos, como músculos, nervios e incluso huesos. La piel se pone cerosa, pálida o azulada, y pierde por completo la sensibilidad. En algunos casos extremos, se produce necrosis, lo que significa la muerte del tejido. Esto requiere atención médica inmediata.
  • Eritema por frío: es una irritación menor, enrojecida y a veces con picazón, que aparece tras una breve exposición a temperaturas bajas. Aunque no es grave, puede causar molestias persistentes.
  • Ampollas por congelación: en situaciones más graves, se forman ampollas llenas de líquido en la piel después de que se haya recalentado la zona afectada. Este tipo de lesión es dolorosa y necesita tratamiento cuidadoso para evitar infecciones.

Síntomas habituales

Los signos de estas lesiones no siempre son evidentes al principio, especialmente porque el entumecimiento puede enmascarar el dolor. Algunos de los síntomas más frecuentes incluyen:

  • Hormigueo seguido de pérdida de sensibilidad.
  • Piel pálida, azulada o con apariencia cerosa.
  • Hinchazón o rigidez en la zona expuesta.
  • Dolor agudo al recobrar el calor.
  • Formación de ampollas tras la exposición prolongada.
  • En los casos más graves, ennegrecimiento del tejido afectado.

Es importante observar con atención cualquier cambio en el color o la textura de la piel después de estar expuesto a temperaturas extremas.

Cómo actuar ante una lesión por congelación

Si una persona muestra síntomas de congelación, lo primero es retirarla del ambiente helado y buscar una fuente de calor moderado. Ten en cuenta estas recomendaciones:

  1. Llevar a la persona a un lugar cálido: es vital que se eliminen las prendas húmedas y las reemplace por ropa seca, preferiblemente de algodón y lana. Si la persona tiene calzado congelado o húmedo, debe retirarse con cuidado.
  2. Recalentar la zona con agua tibia: un recipiente con agua entre 37 y 39 °C es ideal para sumergir la parte afectada durante unos 20 a 30 minutos. No debe usarse agua muy caliente ni aplicar calor directo como el de un calefactor o secador de pelo, ya que la piel puede estar tan sensible que se queme con facilidad.
  3. Evitar frotar o masajear la zona: esto podría empeorar el daño, ya que los tejidos congelados son frágiles. Tampoco es recomendable usar hielo como medida de alivio, ya que podría agravar la lesión.
  4. Mantener el área elevada: si hay inflamación, elevar la parte afectada ayuda a reducir la presión y el dolor. Esto también mejora la circulación y evita que se acumule líquido.
  5. Hidratar con agua y líquidos calientes: beber líquidos tibios ayuda a estabilizar la temperatura corporal desde el interior.
  6. Buscar ayuda médica: si aparecen ampollas, hay coloración negra, pérdida total de sensibilidad o el dolor persiste, es fundamental acudir a un centro médico lo antes posible. En algunos casos, puede requerirse tratamiento con antibióticos, analgésicos o incluso cirugía.

Qué evitar: consejos siempre útiles

Cuando se trata de lesiones por congelación, hay algunas acciones que deben evitarse completamente, ya que pueden empeorar el daño:

  • No romper las ampollas: si bien pueden resultar incómodas, estas protegen la piel mientras se recupera. Romperlas aumenta el riesgo de infección.
  • No exponer directamente al calor intenso: aunque la consideres la solución más rápida, el contacto con fuentes de calor directo (como estufas, hornillas o agua muy caliente) puede agravar la situación.
  • Evitar el alcohol y la nicotina: estas sustancias afectan la circulación y dificultan la recuperación.

Prevención: cómo protegerse del frío extremo

  • Utilizar ropa adecuada en capas, preferiblemente con materiales térmicos.
  • Usar guantes, gorros y medias gruesas para cubrir las zonas más propensas al congelamiento.
  • Evitar permanecer quieto durante mucho tiempo al aire libre.
  • Proteger especialmente a bebés, niños y personas mayores, ya que son más vulnerables a las temperaturas bajas.
  • Si se presentan síntomas iniciales, no dudar en refugiarse en un espacio cálido y seco.

Preguntas frecuentes

El daño puede empezar a manifestarse en tan solo 15 a 30 minutos de exposición, dependiendo de la temperatura ambiente, la humedad y el viento. Si hace mucho frío y no se usa ropa adecuada, los síntomas pueden surgir incluso más rápido. Las áreas más vulnerables son los dedos, la nariz, las orejas y los pies.

Ambas causan daño en la piel y los tejidos, pero por mecanismos opuestos. La quemadura por calor se da por exposición a temperaturas elevadas, mientras que la causada por el frío ocurre por la congelación del agua en las células, lo que rompe tejidos y afecta la circulación. En ambos casos puede haber dolor, enrojecimiento, ampollas o incluso necrosis, pero su tratamiento inicial es distinto.

No se deben romper. Las ampollas protegen la piel en proceso de recuperación y evitan infecciones. Se recomienda mantener la zona limpia, cubrirla con una gasa estéril y acudir al médico, especialmente si hay signos de infección como enrojecimiento, pus, fiebre o dolor persistente.

Artículos recomendados

Conoce más productos, y agrégalos al carrito.

Explora nuestra colección exclusiva y agrégalos al carrito con un solo clic. Descubre las últimas tendencias y ofertas especiales.

Ver más productos
Colección de productos

Disclaimer

La información contenida en este blog es revisada por médicos especialistas con la finalidad de brindar un soporte únicamente informativo. Te aconsejamos consultar con tu médico profesional de confianza en caso de presentar cualquier síntoma o querer iniciar o suspender algún tratamiento acorde a las condiciones médicas. Los tópicos contemplados en este contenido no se destinan a tratamientos o diagnósticos. Recomendamos nunca automedicarse y no nos hacemos responsables por la manera en como utilice esta información.